El embarazo es una etapa de la vida en el cual el cuerpo de la mujer sufre cambios tanto a nivel de su anatomía como a nivel hormonal. A partir del 5º-7º mes de gestación empezará a padecer dolores debido a estos cambios, sobre todo a nivel de la columna y los pies, así como cansancio generalizado.
El aumento de peso en un periodo relativamente corto hace que sufra mucho la zona de carga y de contacto con el suelo, en este caso, los pies.
Esto, junto con un aumento de la relaxina (hormona producida por el cuerpo del útero y la placenta durante el embarazo), hace que el arco plantar disminuya y se produzca un pie plano y a la vez aumente de longitud entre 2-10mm. Este aumento de tamaño y un pie más plano provocarán durante la marcha dolor en la zona plantar del antepie (metatarsalgias) y a nivel del talón (talalgias).
Además la relaxina produce una hipermovilidad en las articulaciones afectando más a la columna lumbar, pelvis y rodillas, con lo que ocasiona inestabilidad en el cuerpo dando en muchos casos la aparición de sintomatología (dolor o molestias).
Asimismo, debido al aumento de líquidos en el cuerpo de la mujer durante el periodo de gestación, los pies se edematizan, es decir, se hinchan a causa de retención de líquidos.
Para esto las recomendaciones que proporcionamos son:
- Dar largos paseos, esto contribuye a mejorar la circulación y con ello al edema, es decir, evitar el sedentarismo. Es muy positivo dar pequeños paseos cada dos horas.
- Controlar el peso para que esté dentro de los límites establecidos por el ginecólogo.
- Procurar no estar mucho tiempo de pie y apoyar los pies en una almohada, para descansar las piernas y tenerlos en alto.
- Hidratar los pies a diario, con una crema fría o de efecto frío, pues así se activa la circulación. Mantener la temperatura corporal fresca combate la hinchazón de los pies.
- Evitar la autopedicura porque podrían producirse cortes o problemas en las uñas.
- Al acabar el día, un masaje en los pies y baños de contraste o chorros fríos serán los mejores aliados para evitar la hinchazón tras una calurosa jornada.
- Es aconsejable acudir periódicamente al podólogo. La actuación de este especialista consistirá en:
– Realización de quiropodias: donde se mantendrán los pies cuidados para evitar grietas y durezas,uñas encarnadas etc..
– Estudios biomecánicos: para evaluar su ciclo de la marcha, pie plano y dolores ocasionado por los cambios en la anatomía del pie.
– Tratamientos ortopodológicos con soportes plantares personalizados: para amortiguar, dar estabilidad y confort, repartir presiones y tratar posibles patologías.
– Recomendaciones en el calzado: Ha de ser amplio, de material flexible (piel), con tacón de base amplia de 2 a 3 cm, contrafuerte posterior, suela de goma y buena sujeción.
– Higiene postural: llevar a cabo una correcta higiene postural adoptando buenas posturas a la hora de estar de pie, sentada o incluso de agacharse.
Autora: Daniela Restrepo Noriega, Podóloga especialista en Biomecánica.